Mirada Perdida
Quien la ha visto y quien la ve, murmuraban, mírala esa es, decían
mientras con el dedo la señalaba
pobrecilla iban diciendo, como se tiene que
ver, tanta lucha para que? Unos se preguntaban... para acabar cediendo, otros iban respondiendo.
Miren, observen, lo que el Parkinson puede en ella hacer, observen,
miren lo que en ella está haciendo.
Con el rostro inexpresivo, mirada perdida, pensativa, sentada
en su sillón preferido, el único que allí había, frente a la ventana se pasaba las horas, de vez en cuando sonreía de cuando
en cuando una lágrima por su mejilla le caía, cuando afloraban sus pensamientos, cuando su mente recordaba el porque allí
estaba, el porque estaba allí. ¿Tanta lucha para que?
Su cuerpo se negaba a obedecerle, sus pies clavados en el suelo
ya no le respondían, se le acabaron los paseos de las siete, se le acabaron las salidas
de las tardes de los viernes, se terminaron para siempre cuando sus pies quedaron clavados sin poder moverse. ¿Tanta lucha para que?
Miren, observen, vean, lo que el Parkinson puede en ella hacer,
observen, vean, miren lo que en ella puede llegar hacer.
Con su lengua de trapo, ni su esposo la entendía, su hilo de
voz cada vez más bajo, nadie la oía, nadie le hacia el menor caso, sus manos temblorosas ya no le servían, ya no podían escribir
sus pensamientos fuesen buenos o malos, después de tanto luchar seguía sin saber, ¿tanta lucha para qué? Seguía preguntándose
día tras día, año tras año.
Allí sigue frente al ventanal sentada en su sillón preferido,
es Pamela, la Parkinsoniana, esperando el milagro, confiando en el futuro…
sabe que lo tiene crudo, pero no pierde las esperanzas…y piensa seguir luchando, aunque se siga preguntando ¿Tanta lucha
para qué diablos?
Miren, observen, vean como
el Parkinson de ella se está adueñando….
¿Tanta lucha para qué? Pero seguirá luchando